martes, 19 de mayo de 2009

PROYECTO DE VIDA

PROYECTO DE VIDA
Objetivo
Adquirir, analizar y reflexionar la información necesaria, sobre su persona y su entorno, que
le permita plantearse metas y tomar decisiones inteligentes para construir su proyecto de vida
como soporte de su realización personal.
Se cierra un ciclo y comienza otro. Los jóvenes saben que es necesario planear su futuro para no
verse sorprendidos por las exigencias de una realidad que les va a demandar una actuación
responsable basada en una preparación sólida y eficiente.
El futuro no se puede improvisar. Cada una de las decisiones que tomen en este momento, va a
tener irremediablemente efectos sobre su porvenir. Si deciden no estudiar para un examen, no asistir
a una clase, no cuidar de sí mismos ingiriendo alcohol en exceso, consumiendo drogas, teniendo
relaciones sexuales sin protección, manejar un vehículo sin precaución, esto tendrá sus
consecuencias.
También el mundo está lleno de gente adulta fracasada. Llenos de tristeza y amargura,
lamentándose porque no supieron planear su vida y se gastaron la juventud en forma irresponsable.
Si bien nadie tenemos la existencia asegurada, las probabilidades de alcanzar la vejez son mayores
que las de morir, y más nos vale tomar previsiones para vivir una vejez con dignidad.
Es importante entonces, definir nuestro proyecto de vida, saber quiénes somos, qué queremos, y el
precio que tenemos que pagar para conseguirlo, parafraseando a Gioconda Belli, poetisa
nicaragüense.
6.1 El aquí y el ahora
Cambio y transformación en la adolescencia
La adolescencia es una época de cambios vertiginosos en el cuerpo, en la forma de pensar, de
concebir y de representarse el mundo y las relaciones con los demás, y que tiene efectos en todas las
actividades que se derivan de estos cambios. Los adolescentes exhiben una peculiar forma de
comportamiento que tiene la «virtud» de exasperar a los adultos; particularmente a los que tienen
autoridad sobre ellos, como son los padres, maestros, directivos, etc.
En primer lugar hay que señalar que este período posee características universales, que son
matizadas por la cultura, el entorno socioeconómico, el tipo de familia, etc. Estas características
obedecen a las situaciones que el adolescente tiene que resolver en este período de transición en el
que tendrá que dejar de ser niño - con el proceso de duelo que esto implica-, para convertirse en
adulto.
Muchas de las actitudes y reacciones que exhibe, y que llegan a constituir algo que Knobel (1992)
llama «patología normal», no son más que consecuencia de los conflictos propios de la delicada
tarea de aprender a ser adulto y abandonar los «privilegios» de depender de los otros, la
«comodidad» de vivir una existencia a la medida de las imposiciones del adulto, pero extraviado en
los laberintos de una identidad prestada.
Las pretensiones del adolescente de transformar el mundo y construir una sociedad mejor, se
estrellan contra una sociedad adulta caracterizada por la incongruencia, hipocresía, falsedades,
corrupción y renuncia a los ideales y valores que alguna vez sostuvieron. Por eso el adolescente
impugna al adulto, y hace un ajuste de cuentas con las figuras más cercanas, posición que incomoda
a sus mayores, pues se ven confrontados con una verdad sobre ellos mismos que no quieren asumir.
Para un adulto conformista, ya sea un padre, un maestro, un directivo, etc., sometido a los otros, que
vive sus días de forma acartonada y rutinaria sin pena ni gloria, que no emprende nuevos proyectos,
que no protesta de nada para no ser perturbado ni removido de sus pequeños privilegios, y que ha
hecho de la mediocridad su destino, no le va a gustar nada verse cuestionado por la actitud fresca,
rebelde, impugnadora del adolescente.
El cambio
El concepto de cambio está teñido de matices ideológicos que es necesario dejar en claro. Cambiar
para qué, desde los ideales de quién, en qué dirección, etc., son algunas cuestiones a considerar en
toda propuesta o consigna de cambio. De lo que se trata no es cambiar para ceñirse a las
expectativas del otro, sino sostener la legitimidad de un deseo propio. Esto conduce necesariamente
a la desadaptación, pues en la mayoría de los espacios sociales, entre ellos la escuela, exigen
docilidad, sumisión, obediencia, dejarse conducir bajo el discurso - o la vara domesticadora - de
quien ejerce el poder.
6.2 Acción y decisión
Quien no hace nada, nunca se equivoca, pero comete el peor de los pecados: dejarse llevar por la
inmovilidad, el desgano, la pereza, la contemplación de la existencia sin tomar parte de ella. Hacer
implica correr riesgos, cometer errores, fracasar, pero también implica aprender, crecer, y
desarrollarse haciéndolo. Somos hijos de la dificultad, no hay manera de sacar a relucir lo mejor de
nosotros mismos si no enfrentamos retos.
Lo que en muchas ocasiones empobrece nuestras vidas es el miedo; sentirlo es algo natural, lógico y
sobre todo un síntoma de que estamos vivos. Si queremos trascender y hacer de nuestra existencia
algo más que una miserable viñeta sin pena ni gloria, tenemos que aprender a enfrentar el miedo
que representa tomar acciones significativas para la construcción de un proyecto de vida digno.
Quien lleva una vida mediocre y fracasada, evade responsabilidades; no enfrenta el reto de
vivir, inventa razones para no hacer lo que tiene que hacer, le echa la culpa al destino, a su dotación
genética, al gobierno, a sus padres. Esto ocasiona sentimientos de ineptitud, de desmerecimiento,
que lo conducen a una actitud de culpa permanente. Se le desencadenan periodos depresivos y
ansiedad. Adopta una posición de víctima, se deja dominar por la autocompasión, suprime la
acción, se instala de nuevo en acciones evasivas como el tomar alcohol en exceso, consumir drogas,
criticar, odiar, atacar, amenazar, etc.
El triángulo de la vida
A continuación te presentamos una propuesta de Bob Trask, presidente de “ARAS FOUNDATION”
una organización dedicada a impartir seminarios y cursos de desarrollo humano en California. En el
nos muestra como vivir un estilo de vida responsable, exitoso, encarando desafíos, construyendo
metas y dignificando la existencia.
FUERA DEL TRIÁNGULO:
Con el valor y la claridad de permanecer fuera del triángulo, corriendo riesgos, encontramos
nuestras vidas constantemente renovadas y enriquecidas. En cada esquina del triángulo hacemos las
decisiones que nos autorizan a crecer y vivir en libertad.
El primer paso, cuando decidimos construir un proyecto de vida con dignidad, es correr riesgos.
Descubrimos cuál es nuestra visión, nos enfocamos en esta y emprendemos las acciones que nos
dan vida, a seguir aquello que nos excita e inspira. Planeamos los pasos conforme a nuestra misión,
y nos hacemos de recursos para llevarla a cabo.
¡Cambia!: ¡atrévete a crecer!
Somos nosotros, no los otros, los que debemos cambiar para lograr nuestra visión. La intención de
expandir nuestra identidad agregándole a nuestra vida atributos que antes no poseíamos, despierta
siempre miedo. Asumir este reto es lo que nos posibilita llegar al éxito. Quienes corren el riesgo de
expandir su identidad son los soñadores, los dueños de su existencia, los constructores de su
destino. Cuando nos sentimos abrumados por los cambios en y alrededor de nosotros, recordemos
que las cosas están en una constante evolución. Muchos de estos cambios tal vez no sean justos para
nosotros. Aceptando la realidad que no podemos cambiar, permaneciendo firmes en nuestra
intención de crecer, ejecutando las acciones pertinentes para transformar nuestra realidad interna y
externa, es lo que nos da felicidad. Quienes están atareados, construyendo, creando, encaminando
su proyecto de vida por la ruta de la excelencia, no tienen tiempo de deprimirse, de sentirse
agotados, de preocuparse.
DENTRO DEL TRIÁNGULO
En cada esquina tenemos la opción de permanecer fuera del triángulo, creciendo en alegría y
satisfacción, o dejarnos atrapar por el miedo, dejando que se convierte en un pavor que devora
nuestra energía y autoestima dejando una sensación de desamparo y abandono.
Siguiendo la trayectoria externa del triangulo, encontramos después de la línea inferior, justamente
en la esquina, un momento para tomar un descanso. Después de recuperar energía, la trayectoria se
continúa. Cuál es mi paso siguiente, qué voy a hacer ahora, cual es mi siguiente meta, mi próximo
desafío. Reflexiono sobre mis prioridades, de acuerdo a mi misión y visión personal, considero mis
recursos, mis apoyos y me dispongo de nuevo a confrontarme con mi compromiso de crecimiento.
Este nuevo proyecto, está amenazando también. Si nos descuidamos, nos deslizamos adentro del
triangulo, deteniendo la marcha, refugiándonos en la evitación, escondiéndonos de la verdad. Hay
una y mil formas de evadir la responsabilidad que tenemos con nosotros. Pasando horas
interminables chateando, viendo TV, platicando tonterías, vagando, enojándonos, haciéndoles
berrinches a los padres, a la pareja, a los maestros; usando drogas, durmiendo de más,
deprimiéndose, confundiéndose, olvidándose de lo importante, fingiendo, aparentando, mintiendo,
perdiendo el tiempo, suicidándose, etc. Pronto la evasión se convierte en aburrimiento… a veces
mortal.
Autoestima: Construcción, reparación y servicio
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Un ingrediente indispensable para la construcción de un proyecto de vida exitoso es la confianza de
la persona en sus propias capacidades. La fe depositada en sí misma, el respeto y el amor que sea
capaz de dirigir a su persona, un alto concepto de sí misma; en eso consiste la AUTOESTIMA.
La autoestima es el resultado de la forma en que ha sido significada la existencia de una persona
desde el deseo de sus padres, del tipo de lugar que le prepararon en el mundo antes de venir a la
existencia. Si un niño no fue deseado, si el deseo de los padres fue un mar de inconsistencias, o
algunas de sus características no coincidieron con las expectativas de uno o ambos padres,
probablemente se le dificultará tener una imagen valiosa de sí mismo, cayendo en niveles de
autoestima muy bajos e insuficientes para armar un proyecto de vida adecuado.
Cómo es una persona que se estima a sí misma?
- Se siente importante, tiene la sensación de que el mundo es mejor por el hecho de contar con su
presencia.
- Tienen fe en su propia competencia.
- Solicita ayuda, pues tiene confianza en sus propias decisiones y siente que ella misma es su
mejor recurso.
- Aprecia su valor, aquilata y respeta el valor de los demás.
- Irradia confianza y esperanza.
- Se acepta a sí misma totalmente como ser humano.
- No permite que los problemas le arruinen su estado de ánimo de manera permanente.
¿Cómo es una persona que no se aprecia a sí misma?
- Piensa que vale poco.
- Espera ser engañada, pisoteada, menospreciada, se anticipa a lo peor, lo atrae y le llega.
- Es desconfiada, solitaria y aislada.
- Está constantemente invadida por la apatía y la indiferencia hacia sí misma y hacia los demás.
- Tiene dificultades para ver, escuchar y pensar con claridad, por lo que es propensa a pisotear y
despreciar a otros.
- Tiene mucho temor, no se arriesga.
- Experimenta una constante desesperación.
- Está en un gran riesgo de caer en adicciones, suicidio y asesinato.
La construcción de la autoestima
La forma de crianza constituye un elemento decisivo en el grado de confianza en sí mismo. Las
actitudes de los padres son los determinantes más influyentes para la generación de autoestima.
Algunas de estas actitudes son:
Constancia.
- Responsabilidad.
- Interés.
- Presencia.
- Atención.
- Sentimiento interno de seguridad.
- Aceptación
La docena mágica de la autoestima
Para lograr una autoestima saludable, Brandes (1996), sugiere adoptar las siguientes actitudes y
comportamientos:
1. Aceptar que todos tenemos cualidades y defectos.
2. Reconocer que todos tenemos algo bueno de lo que podemos estar orgullosos.
3. Liberarnos de conceptos negativos sobre nosotros mismos.
4. Convencernos de que todos somos importantes.
5. Vivir responsablemente, de acuerdo a la realidad, reconociendo lo que nos gusta y lo que no nos
gusta.
6. Aceptarnos a través de lo que sentimos y lo que somos.
7. Liberarnos de la culpa.
8. Actuar de acuerdo a lo que deseamos, sentimos y pensamos, sin tener como base la aprobación
o desaprobación de los demás.
10. Vivir auténticamente, ser congruentes entre lo que sentimos, pensamos y actuamos.
11. Fomentar la autoestima de los otros con honestidad.
12. Amarnos como personas. Es un derecho que todos tenemos.

Mi declaración de autoestima
Yo soy yo
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En todo el mundo no existe nadie exactamente igual a mí.
Hay personas que tienen aspectos míos, pero ninguna forma el mismo conjunto mío.
Todo lo mío me pertenece - mi cuerpo, todo lo que hace; mi mente, con todos sus pensamientos e
ideas; mis ojos, incluyendo todas las imágenes que perciben; mis sentimientos cualesquiera que
sean - ira, alegría, frustración, amor, decepción, emoción; mi boca y todas las palabras que de ella
salen, refinadas, dulces, o cortantes, correctas o incorrectas; mi voz fuerte o suave; y todas mis
acciones, sean para otros o para mí.
Evaluando la realidad
Los sentimientos que nos producen los acontecimientos externos, son el resultado de la forma en
que procesamos y evaluamos la información que recibimos. Dependiendo de cómo sea significada
la realidad es como vamos a sentirnos, los hechos nos perturban en la medida en que nosotros lo
permitimos. La actitud del individuo hacia sí mismo, es decir, el concepto en que se tiene a sí
mismo, depende de principios que prevalecen en la comunidad, religión y familia en la que ha
crecido.
6.3 Establecimiento de metas
El proyecto de vida personal es un instrumento en el que depositamos nuestras ideas y sentimientos,
organizados por la voluntad para ir realizando todas aquellas metas que nos hemos trazado.
El eje escuela, familia y sociedad se retroalimentan mutuamente, en las funciones que cada una
desempeña. Lo que sucede en cada espacio, repercute necesariamente en los demás. La manera en
que los padres significan la escuela, será decisiva para el tiempo de permanencia en ella de los
hijos. Los procedimientos que utilice la escuela para apuntalar los valores de la convivencia
humana, jugarán un papel importante en el tipo de ciudadano que una sociedad tiene. La forma en
que la sociedad estimule y apoye el saber que se produce en las escuelas, le impondrá ciertos rasgos
a éstas.
El papel de las actitudes y valores personales en la gestación de un proyecto personal de
calidad
Los seres humanos proyectamos en todo lo que hacemos, lo que hemos adquirido a lo largo de
nuestra historia. Las cosas que hacemos y dejamos de hacer, nuestras preferencias y elecciones,
pueden dar cuenta de lo que hemos recibido y de lo que hemos carecido en el transcurso de la vida.
6.4 El trabajo y su significado
Reza una frase popular que el trabajo es tan malo que hasta pagan por hacerlo. Tiene gran parte de
razón, pero también de mentira, es decir, es una situación con dos polos que habría que explorar. En
el polo positivo encontramos el trabajo que contribuye a nuestra realización personal. En el que
depositamos pasión, gusto, creatividad y alegría que representa una fuente de satisfacciones
considerables y de ninguna manera se ve como un sacrificio desgastante y penoso.
El lado positivo del
trabajo representa muchas bondades que habría que señalar: (Baró M. 1982)
• Proporciona un marco de referencia estable para la organización social y personal.
• Contribuye a definir el sentido de la existencia.
• La sociedad se organiza en función del trabajo y las personas estructuran su vida en etapas
y tiempos laborales.
• Las estructuras político-sociales establecen sus bases sobre la división del trabajo, que hace
posible la organización de núcleos poblacionales, la asignación de cargas y
responsabilidades así como la distribución de bienes y beneficios.
• Es el soporte alrededor del cual gravitan la mayoría de las relaciones humanas. La amistad
y la solidaridad florecen con mucha frecuencia en las oficinas, fábricas, comercios, etc.
Muchas relaciones de pareja se gestan entre los grupos laborales; las familias de los
empleados se relacionan entre sí, gracias al lugar común que poseen sus miembros.
• Alimenta la visión y perspectiva de lo que somos, de nuestros derechos y obligaciones
ciudadanas.
• Plasma la realización personal, los éxitos y fracasos, la orientación existencial.
• Ayuda a mantener la integridad humana a través de los sentimientos de valía personal que
representa el sentirse útil.
En un sentido negativo el trabajo puede propiciar:
• La alienación, el enquistamiento y la desintegración personal.
• Cosificar a las personas al hacerlas sólo un eslabón en la cadena productiva.
• El fomento del individualismo, la competencia o la violencia para conseguir los objetivos
de la empresa, pasando por encima de la propia dignidad y la ajena.
6.5 La realización humana
No encontré forma mejor de reflexionar sobre este asunto que utilizando una historia que forma
parte de mis vivencias personales. Espero que su lectura resulte atractiva y sobre todo que ilustre
bien la forma en que es posible acceder al camino de la realización personal.
“El Joaquín y El Tarín”, o la fortaleza del deseo
En muchas ocasiones se ha debatido sobre la naturaleza de las circunstancias que estimulan o
limitan el desarrollo de los sujetos, lo que determina el éxito académico y profesional, y el papel
que juegan la familia, el medio, los profesores, los programas, el currículum, en la construcción de
personas de calidad.
METAS
Muchas ocasiones no te atreves a perseguir tus sueños por el temor a un mal resultado que te haga
sentir impotente, triste, decepcionado, enojado contigo mismo, frustrado, incompetente. Sin
embargo, el precio por vivir sin metas ni ilusiones ya lo estas pagando. Ya vienes arrastrando en tu
vida en una u otra medida esos sentimientos ¿O no? Entonces, si de cualquier manera ya estas
instalado en ese estado de ánimo en forma permanente u ocasional, mejor corre el riesgo de
perseguir lo que quieres y si lo haces con una estrategia inteligente, lo más probable es que lo
consigas tarde o temprano.
Una forma de elevar la probabilidad de construir metas inteligentes, es someter su diseño a un
control de calidad en el que consideres los siguientes factores.
Guía para evaluar tus metas
1.- ¿Se expresa en forma positiva?
¿Expresa mi meta lo que sí quiero alcanzar, más que lo que no quiero que pase? ¿Cuál es el
resultado real y positivo que yo espero alcanzar?
2.- ¿Tiene un fundamento personal?
¿Es una meta mía o de otras personas? ¿Es de mi interés y está bajo mi control lograrla?
3.- ¿Incluye el factor emocional?
¿Tengo presente en mi mente lo que voy a conseguir con mi meta?
¿Estoy decidido y entusiasmado por conseguir esa ganancia o recompensa? ¿Empiezo a sentir
desde ahora el gozo de conquistar mi meta y creo que voy a disfrutar de todo el proceso?
4.- ¿Se apoya en un modelo?
¿Tengo una idea de la persona que quiero ser al conseguir esa meta? ¿Tengo claro el tipo de vida
a la que aspiro al lograr esa meta? ¿Qué personas me inspiran para alcanzar mi meta?
5.- ¿Es específica y visual?
¿Está clara mi meta en términos de lo que deseo alcanzar?, ¿Qué?, ¿cuánto?, ¿cómo?, ¿dónde?
¿Puedo ver los detalles importantes de mi meta ya conquistada? ¿Puedes verte a ti mismo
conquistando tu meta? ¿Puedes imaginarte lo que dicen y sienten los que te rodean?
6.- ¿Es de un tamaño apropiado?
¿Tiene mi meta un tamaño apropiado a mis aspiraciones y a mis posibilidades personales?
¿Considero que es una meta realista, alcanzable, además de estimulante y retadora?
¿Necesito subdividirla en porciones menores o relacionarla con otra meta mayor para hacerla
más manejable o atractiva?
7.- ¿Tiene un marco de tiempo adecuado?
¿He establecido una fecha límite en que debe estar concluida mi meta? ¿Considero que el plazo
fijado es realista?, ¿Es adecuado? ¿He establecido los resultados parciales por lograr en fechas
próximas en caso de que mi meta sea a largo plazo?
8.- ¿Considera los recursos necesarios?
¿Tengo noción de los recursos internos y externos que necesitaré para alcanzar mi meta?
¿Considero tenerlos ya? Si no los tengo, ¿Cómo pienso conseguirlos?
9.- ¿Permito saber cuándo se ha alcanzado?
10.- ¿Tiene un marco ecológico?
¿Considero que mi meta está en armonía conmigo, con mis relaciones y con mi entorno?
¿Qué pasa si la consigo? ¿Tendrá efectos no deseados para mí o para los que me rodean?
Si así es el caso, ¿podría cambiar mi meta para conseguir los mismos o parecidos resultados y
evitar de esa manera los efectos no deseados?

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